1. Riego suficiente y adecuado

Existe una norma que hay que conocer: nunca hay que regar a mediodía porque los rayos de sol pueden llegar a quemar las hojas. En cambio, cuanto más pronto por la mañana riegues, menos agua se evaporará. Además, las plantas aprovecharán al máximo el agua del riego. Y hay que regar en abundancia: 30 o más litros de agua por metro cuadrado. En las superficies de césped se pueden formar charcos, pero en las macetas, el agua debe poder salir por la base.


Lanzas o pistolas de riego manuales, aspersores móviles para facilitar el riego (en la imagen de la derecha: aspersor rectangular), con un chorro suave o potente o una fina neblina: encontrarás un producto de riego ideal para cada aplicación.
2. Planificación de los dispositivos de riego en el jardín

A la hora de invertir en un dispositivo de riego, es muy importante planificar y preparar correctamente su montaje: en primer lugar, en un plano a escala debes marcar los edificios, las instalaciones y las conexiones de agua que hay en el jardín. A continuación, debes pensar qué cantidad y qué tipo de aspersores (cuadrados, circulares, de impacto, pulverizadores, etc.) necesitas para toda la superficie, si es necesario repartidos entre varias tuberías.
Atención: para regar todo el jardín, en la fase de planificación debes procurar que las zonas de riego de los aspersores se solapen.
También puedes recurrir al asistente en línea de planificación para sistemas de aspersores, la aplicación en línea para diseñar un sistema de riego subterráneo y totalmente automatizado. Para ello hay que tener en cuenta las necesidades particulares de tu jardín.

Para los bancales de flores y verduras y las macetas o jardineras de la terraza, tienes a tu disposición los sistemas de riego gota a gota: puedes configurarlos con un goteo constante, un ligero rociado o una suave neblina para distribuir el agua de una forma económica y precisa. Debes montar los goteros en el extremo del tubo distribuidor.

Un rociado por la mañana, una lluvia por la tarde o el riego autónomo del jardín cuando estés de vacaciones: el sistema regará cuando quieras, con la potencia y la duración deseadas. El riego automatizado se activa de acuerdo con los parámetros que hayas configurado.
Además del temporizador inalámbrico de cada válvula de riego, dispones de un mando a distancia con el que puedes encender y apagar los equipos eléctricos de forma automática. También puedes hacerlo, por ejemplo, con una bomba, la iluminación del jardín, una fuente decorativa en el estanque o incluso la iluminación del hogar.