Primero debes colocar la valla y, con estacas y un tendel tensado, marcar por dónde debe pasar, incluida la posición exacta de todos los postes (la distancia entre postes debe ser de entre 2,5 y 3 m). Con una pala o una herramienta para perforar, haz los agujeros para los cimientos (con una profundidad de entre 40 y 50 cm).

Atención: en las imágenes, los postes se han hormigonado. Pero también puedes clavarlos en el suelo con soportes de estaca; así el montaje es todavía más rápido. 

Esta variante se solidifica al cabo de una hora aproximadamente: humedece un poco el agujero para los cimientos, pon una capa circular de hormigón de unos 15 cm de grosor, añádele agua (hasta lograr una textura húmeda) y mezcla el agua y el hormigón con una pala.

Ahora debes colocar los postes uno a uno. La altura del poste debe estar siete centímetros por encima de la altura de la valla. Nivela los postes (con un nivel de burbuja o una plomada) y estabilízalos con una estructura provisional. Ahora echa hormigón en los agujeros hasta la superficie y compáctalo (pisándolo con fuerza). Fíjate que en el sistema que se muestra en la imagen las guías de montaje de los postes siempre miran hacia fuera (en el caso de los postes esquineros, deben tener un ángulo de 45 grados).

Desenrolla la tela metálica y fíjala con clips a los postes: para ello, utiliza unas tenazas especiales y coloca un clip en cada alambre horizontal.

Ahora es el momento de montar la cerradura, la chapa de cierre y el picaporte de la puerta y hormigonar los postes especiales para la puerta como se ha descrito (la colocación debe ser precisa).

Para que el césped quede intacto, antes de hacer los agujeros para los cimientos retira los panes de césped: una vez colocada la valla, podrás recuperar la superficie de césped y cubrir perfectamente los cimientos de hormigón.