Por ello deberíamos ser metódicos y verificar el estado de nuestra embarcación de “Fuera hacia a dentro”, obra viva, cubierta y cabina.
Revisar el estado del anti-incrustante y su adhesión al casco, comprobar cualquier poro o principio de osmosis en la obra viva. Y si es necesario, aplicar una nueva capa de imprimación y antifouling.
Es el momento de aplicar cuidados y realizar el mantenimiento a la obra muerta, reparar arañazos, golpes e incluso aplicar limpiadores y ceras.
Deberemos comprobar el estado de los grifos de fondo, la estanqueidad de portillos y escotillas. En los veleros, revisar la jarcia firme, las manchas de óxido en obenques y stays, verificar el estado de la jarcia de labor: Drizas, escotas, amantillos etc.
En la cabina o interior de la embarcación, deberemos comprobar el funcionamiento del circuito eléctrico junto con las baterías, la instalación sanitaria: Grifos, WC, duchas, depósitos etc.
Sera primordial comprobar el estado de los elementos de seguridad obligatorios: Chalecos salvavidas, extintores, balsa y bengalas.
Finalmente dos puntos de vital importancia:
Primero realizar una completa revisión de nuestro motor: Niveles de aceite, refrigerante, inversor, filtros, bujías, inyectores. etc.
Y segundo, es el momento idóneo para comprobar el correcto funcionamiento y alcance del equipo electrónico y sobre todo, del VHF, fijo o portátil.
Esta lista de comprobación debería de ser todo lo extensa que el tamaño de nuestra embarcación requiera y nos permitirá hacernos una idea del estado real de la misma. Luego, tras solucionar los problemas detectados al inicio de temporada, solo nos restara disfrutar plácidamente de nuestros días de mar.