Este tipo de lámparas son las más utilizadas porque lo habitual a la hora de iluminar nuestro hogar es hacerlo de arriba a abajo. Una lámpara situada en la zona superior de una estancia es la que más luminosidad abarca, por eso es la más utilizada para lograr una iluminación general.

Aunque, la lámpara colgante LED sea la más común, no implica que sea la menos original. Las lámparas colgantes LED pueden ser muy vistosas, por ejemplo las de tamaño XL, las lámparas suspendidas para la mesilla de noche, las procedentes de objetos reciclados, las que mezclan varios colores o las más modernas con diseños en bronce y dorado o la colocación de múltiples lámparas colgantes del mismo o distintos tamaños y modelos, las bombillas LED vistas cogidas de cables negros o de colores, o las lámparas de araña tanto clásicas como modernas.

Para decorar tus estancias con este tipo de lámparas debes tener en cuentas las siguientes características:

- Altura del techo: este tipo de lámparas suelen quedar mejor en techos altos. Por eso, si tus techos son muy bajos, deberías evitar utilizarlas. En el resto de zonas puedes utilizar focos empotrables, plafones LED, lámparas de pie LED o lámparas de sobremesa LED.

- Altura de la lámpara: no son adecuadas para colgar muy arriba, porque estéticamente no suelen quedar del todo bien. Si van sobre una mesa de comedor o cocina, coge de referencia una medida de entre 150 y 160 cm desde el suelo y tomar esa referencia como nivel inferior de la lámpara.

- Simetría: si colocas varias lámparas en una hilera, colocarlas a distintas alturas puede quedar muy bien. Pero cuando sólo son dos, se recomienda que vayan al mismo nivel.

La tecnología LED aporta muchas ventajas a tu dispositivo, como por ejemplo, la durabilidad de la iluminación es mayor, las lámparas no se calientan, está disponible en diferentes colores y temperaturas, no tarda en encenderse, tiene un mayor ahorro energético y un menor impacto medioambiental.